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Salud y Bienestar

La piel sana es un indicador de bienestar.
La nutrición adecuada es esencial.

Salud de la piel

Nutrición de la piel

La piel sana es un indicador de la salud general, y una nutrición adecuada es esencial. Las personas que no comen bien no se ven bien. Eso es porque la nutrición puede ayudar a que nuestra piel envejezca mejor. La nutrición puede mejorar la elasticidad de la piel, las arrugas faciales, la rugosidad y el color, todo lo cual lleva a una mejor apariencia de la piel. Además de la dieta, otros factores del estilo de vida tendrán un impacto en la salud de la piel, por ejemplo, la hidratación y el estrés.

Dieta y la piel

Una dieta sana y equilibrada, suplementos nutricionales o modificaciones dietéticas podrían beneficiar la apariencia de la piel y mejorar algunas enfermedades de la piel. Como todos los otros órganos del cuerpo, la piel necesita un suministro constante de energía, lípidos, proteínas, vitaminas y minerales. Para hacer su trabajo de manera efectiva, la piel necesita ácidos grasos esenciales, así como nutrientes como la vitamina E, vitamina C, zinc, selenio y magnesio, para ayudar a combatir los efectos negativos del sol, la contaminación y otros factores ambientales.
Muchas personas aún siguen una dieta deficiente, y las deficiencias de vitaminas, minerales o proteínas pueden provocar trastornos de la piel; por ejemplo, la deficiencia de vitamina B puede causar una erupción roja irregular. En estos casos, los suplementos nutricionales pueden ayudar a mantener una piel saludable y también pueden ser útiles cuando se necesita nutrición adicional, como cuando una herida está sanando.

 

Hidratación

La piel es única ya que, a diferencia de cualquier otro órgano, podemos mejorar su nutrición mediante la aplicación de cremas hidratantes. Por lo tanto, debe usar humectantes adecuados para la piel y también beber suficiente agua para ayudar a prevenir la sequedad de la piel, que está asociada con varios problemas de la piel, como picazón e inflamación.

Estrés

Varias enfermedades de la piel se han relacionado con el estrés y los problemas psicológicos, por lo que el control del estrés también es importante para mantener una piel sana.

Envejecimiento

A medida que envejecemos, nuestra piel se ve más delgada, más seca y más frágil. Comienza a ceder, aparecen arrugas y líneas de envejecimiento, y quizás manchas de la edad. Hay muchas razones para esto, algunas intrínsecas al funcionamiento de nuestro cuerpo y otras debido a factores externos.

El colágeno es la proteína más grande y más abundante en el cuerpo, proporciona principalmente la elasticidad, hidratación, prevención de arrugas y flacidez de nuestra piel. A medida que envejecemos esta proteína empieza a disminuir gradualmente en el cuerpo humano. Estudios cientificos demuestran que consumir periodicamente

Razones intrínsecas del envejecimiento cutáneo.

A medida que envejecemos, producimos menos células nuevas y hay menos actividad de fibroblastos, estas son las células de tejido conectivo más comunes. La actividad reducida de los fibroblastos significa menos colágeno y elastina en la piel, lo que generalmente significa menos elasticidad. La disminución de los niveles de ácido hialurónico también afecta la elasticidad y la capacidad de reparación de la piel. Sumado a todo esto, la dermis, naturalmente, se vuelve más delgada a medida que envejecemos, y el volumen de tejido subcutáneo disminuye. Todo lo que sucede como una cuestión de rutina en nuestro cuerpo a medida que envejecemos. Pero ¿qué hay de los factores fuera de nuestro cuerpo? 

Factores extrínsecos en el envejecimiento cutáneo.

Las diferentes facetas del comportamiento y la actividad social pueden acelerar el proceso de envejecimiento de la piel. Una posición regular para dormir o expresiones faciales habituales pueden afectar nuestra piel. Y nada desafía a la gravedad para siempre, incluida nuestra piel. Pero el principal factor externo es la exposición al sol, que se traduce en lo que se conoce como piel foto-dañada, caracterizada por una mayor sequedad y fragilidad, pérdida de elasticidad, arrugas profundas y pigmentación irregular. El consumo excesivo de alcohol o fumar también puede dañar la piel. En los fumadores, los diminutos vasos sanguíneos en las capas más externas de la piel se estrechan, y el flujo sanguíneo reducido elimina el suministro de oxígeno y nutrientes esenciales para su salud a la piel. Fumar también daña el colágeno y la elastina, mientras que las expresiones faciales repetitivas de los fumadores pueden convertirse en arrugas.

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